ISSN  
Vol. 2, No. 3, PP.55-76  
ISSN  
Mayo - octubre 2024  
IMPACTO DEL SISMO DE ECUADOR EN PERSONAS  
CON DIABETES E HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN  
ABRIL DE 2016  
IMPACT OF THE ECUADOR EARTHQUAKE ON  
INDIVIDUALS WITH DIABETES AND HYPERTENSION IN  
APRIL 2016  
Leslie Cevallos1  
Investigador independiente  
Fecha de recepción: 10-04-2024 / Fecha de aceptación: 28-04-2024/ Fecha de publicación: 01-05-2024  
RESUMEN  
El terremoto de Ecuador en abril de 2016 tuvo un impacto significativo en la  
salud de personas con enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus y la  
hipertensión arterial. Estas poblaciones son vulnerables ante situaciones de  
este tipo de desastre, por ello es crucial comprender como se ven afectados el  
control metabólico y el acceso a tratamientos. Este estudio tiene como objetivo  
principal busca caracterizar a la población con diabetes e hipertensión que fue  
afectada por el sismo, analizando su impacto en los controles glucémico,  
presión arterial y acceso a medicamentos e insumos. Este estudio descriptivo  
transversal caracterizó a 96 personas afectadas, por el terremoto, se  
recolectaron datos sociodemográficos, clínicos y de acceso a servicios de salud.  
Se efectuaron pruebas de laboratorio y mediciones antropométricas. Los  
resultados indicaron que el 90.9% de los pacientes no enfrentó dificultades en  
el acceso a medicamentos, aunque el 30.77% requirió cambios sustanciales en  
su tratamiento debido a la interrupción de los servicios médicos. Además, el  
control glucémico fue deficiente, con un promedio de glucosa en ayunas de  
151.68 mg/dL y una hemoglobina glicosilada de 8.74%, lo que reflejó la  
descompensación provocada por el estrés post-desastre y las modificaciones  
forzadas en sus hábitos alimenticios. Estos hallazgos subrayan la necesidad de  
establecer planes de contingencia que aseguren un acceso continuo a  
medicamentos, dispositivos médicos y apoyo psicológico para minimizar las  
complicaciones de salud en personas con enfermedades crónicas durante  
desastres naturales. Se sugiere que los futuros planes de contingencia incluyan  
estrategias específicas para mejorar el autocuidado y la gestión de  
enfermedades crónicas en situaciones de emergencia, mitigando así los  
riesgos de descompensación metabólica y eventos cardiovasculares en  
personas con diabetes e hipertensión arterial.  
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Palabras clave  
Desastre, hipertensión arterial, diabetes mellitus, terremoto.  
ABSTRACT  
The earthquake in Ecuador in April 2016 had a significant impact on the health  
of people with chronic diseases, such as diabetes mellitus and high blood  
pressure. These populations are vulnerable to situations of this type of disaster,  
so it is crucial to understand how metabolic control and access to treatments  
are affected. The main objective of this study is to characterize the population  
with diabetes and hypertension that was affected by the earthquake, analyzing  
its impact on glycemic control, blood pressure and access to medications and  
supplies. This descriptive cross-sectional study characterized 96 people  
affected by the earthquake. Sociodemographic, clinical and access to health  
services data were collected. Laboratory tests and anthropometric  
measurements were performed. The results indicated that 90.9% of patients did  
not face difficulties in accessing medications, although 30.77% required  
substantial changes in their treatment due to the interruption of medical services.  
Furthermore, glycemic control was poor, with an average fasting glucose of  
151.68 mg/dL and a glycosylated hemoglobin of 8.74%, reflecting the  
decompensation caused by post-disaster stress and forced modifications in  
their dietary habits. These findings underscore the need to establish  
contingency plans that ensure continued access to medications, medical  
devices, and psychological support to minimize health complications in people  
with chronic diseases during natural disasters. It is suggested that future  
contingency plans include specific strategies to improve self-care and chronic  
disease management in emergency situations, thus mitigating the risks of  
metabolic decompensation and cardiovascular events in people with diabetes  
and high blood pressure.  
Keywords  
Disaster, high blood pressure, diabetes mellitus, earthquake.  
INTRODUCCIÓN  
La diabetes mellitus es hoy en día una de las enfermedades no contagiosas  
más frecuentes en todo el planeta. Es la cuarta o quinta causa de muerte en la  
mayoría de los países desarrollados. Las personas que viven con diabetes son  
vulnerables, especialmente bajo condiciones de desastres naturales, es  
importante caracterizar a la población afectada por estas condiciones toda vez  
que esta información puede ser de utilidad para gobiernos, agencias,  
proveedores de salud comunidades y las personas con diabetes y sus familias  
con el conocimiento de las necesidades únicas de los que viven en esta  
condición (1).  
El impacto de los factores estresantes ambientales en personas con  
enfermedades crónicas, como la diabetes e hipertensión arterial, cobra especial  
relevancia durante desastres naturales. El terremoto de Ecuador en abril de  
2016 expuso a una gran cantidad de personas a condiciones de estrés  
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prolongado, que desencadenaron desequilibrios en el control metabólico de  
aquellos con diabetes. Este estrés se ha vinculado a aumentos en los niveles  
de cortisol, una hormona que, en exceso, puede contribuir a la resistencia a la  
insulina, exacerbando el descontrol glucémico en los pacientes diabéticos. En  
el caso de las personas con hipertensión, el aumento de la presión arterial  
debido al estrés emocional y el incremento de ansiedad el riesgo de eventos  
cardiovasculares graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares (2).  
La "diabetología geoambiental" surge como una disciplina clave para estudiar  
esta interacción entre el ambiente y la salud de los pacientes con diabetes.  
Bajo este enfoque, se reconoce que los desastres naturales no solo provocan  
daños físicos inmediatos, sino también desequilibrios en el control de  
enfermedades crónicas debido a la interrupción de los servicios médicos y el  
acceso a los recursos básicos, como alimentos y medicamentos.  
Esta disciplina aboga por una planificación integral en salud pública que  
considere tanto las variables ambientales como los factores socioeconómicos  
que influyen en la vulnerabilidad de las personas con estas condiciones. La  
prevención y el manejo de las complicaciones crónicas en contextos de  
desastre requieren un enfoque multifactorial que considere no solo la respuesta  
inmediata, sino también estrategias de mitigación a largo plazo que fortalezcan  
la resiliencia de las comunidades (3).  
Entender los factores que exacerban las vulnerabilidades en estas poblaciones  
es crucial para implementar políticas de salud pública más eficientes. En el  
caso del terremoto de Ecuador, la falta de preparación para la atención de  
enfermedades crónicas en situaciones de desastre evidenció la necesidad de  
planes de contingencia específicas. Estos planes deben incluir la provisión  
continua de medicamentos, el manejo adecuado del estrés postraumático y la  
implementación de programas de educación para la población en riesgo (4).  
El stress que implica un desastre natural parece estar directamente implicado  
con un descontrol metabólico en los pacientes con diabetes (5). Algunos  
estudios establecen factores que determinan la descompensación metabólica  
en situaciones de desastre (6) detectándose algunos como: dieta inadecuada,  
suspensión de la provisión de fármacos, reducción de ejercicio, destrucción de  
la vivienda, larga estancia en el refugio, el sexo, la edad y la terapia  
preterremoto.  
Entre ellos la dieta inadecuada ha sido el factor con mayor influencia. En una  
enfermedad crónica existen algunas prioridades a ser tomadas en cuenta en la  
planificación como: la provisión de medicamentos, el manejo del stress, apoyo  
a actividades de la vida diaria, alimentación adecuada y disponibilidad de  
insumos de apoyo (7).  
En zonas de riesgo como la nuestra debería implementarse de manera  
sistemática un plan de manejo para enfrentar la contingencia en el caso de  
enfermedades crónicas, existe evidencia de que, los pacientes que no están  
preparados pueden correr riesgo de muerte por no disponibilidad de  
medicamentos e insumos esenciales (8). Existen experiencia publicada sobre  
como instituciones como la IDF han asistido con ayuda en terremotos como el  
57  
de Haití (9) que puede ser información valiosa a la hora de definir  
planificaciones de apoyo a zonas de desastre.  
Es importante tener en cuenta que un desastre no solo puede tener un efecto  
significativo en el control de la diabetes, sino que también puede exacerbar  
desigualdades existentes con anterioridad en los sistemas de salud (2), dato de  
interés si consideramos las serias deficiencias en el modelo de cuidados de  
enfermedades crónicas en nuestro país.  
El impacto del terremoto en Ecuador en abril de 2016 no solo tuvo  
consecuencias devastadoras en términos de pérdida de infraestructura y vidas  
humanas, sino también en la salud de personas con enfermedades crónicas  
como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Las interrupciones en la  
atención médica regular, la falta de acceso a medicamentos esenciales, y las  
condiciones de estrés extremo generadas por el desastre, profundizaron las  
vulnerabilidades de esta población.  
En este contexto, es crucial analizar cómo las condiciones adversas en  
situaciones de emergencia afectan los sistemas biológicos y emocionales de  
quienes padecen estas enfermedades, lo que puede contribuir al agravamiento  
de su estado de salud (10).  
Además de las alteraciones en la gestión médica de enfermedades crónicas,  
los desastres naturales como el terremoto de Ecuador en 2016 presentan  
desafíos adicionales en la coordinación de los servicios de salud. El colapso de  
hospitales, la sobrecarga de los centros médicos restantes y la falta de insumos  
médicos crean un entorno donde el manejo de condiciones como la diabetes y  
la hipertensión se vuelve casi imposible (11).  
Este escenario incrementa significativamente el riesgo de complicaciones  
graves como hiperglucemia, cetoacidosis diabética o crisis hipertensivas, las  
cuales podrían haberse prevenido con un acceso adecuado a medicamentos y  
cuidados continuos. Además, el desplazamiento forzado a albergues  
temporales sin condiciones higiénicas adecuadas, ni una nutrición controlada,  
profundiza la vulnerabilidad de estos pacientes, aumentando la urgencia de  
desarrollar estrategias efectivas de respuesta sanitaria en situaciones de  
desastre (11).  
El objetivo de este estudio es caracterizar a la población afectada por el  
terremoto, con un enfoque en las personas con diabetes e hipertensión arterial.  
Se busca analizar el impacto de factores como la falta de acceso a tratamientos,  
la modificación forzada de sus hábitos alimenticios, y la afectación psicológica,  
entre otros, con el fin de proporcionar una base de conocimiento que permita  
mejorar la respuesta sanitaria en situaciones futuras.  
Esta investigación aspira a ofrecer recomendaciones para que gobiernos y  
organismos de salud implementen planes de contingencia más adecuados y  
efectivos para proteger a las personas con enfermedades crónicas en  
escenarios de desastres naturales.  
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MATERIALES Y MÉTODOS  
Estudio descriptivo, prospectivo transversal de punto.  
Para el cálculo del tamaño muestral se utilizó el supuesto de estimación de una  
proporción, tomando en cuenta una población estimada de 303 034 habitantes  
(10) con un nivel de confianza del 95 % , una precisión de 5 %, estimando una  
prevalencia de 6% , con una proporción esperada de pérdidas del 10 % lo cual  
nos da una muestra ajustada de 96 personas.  
Se preparó una brigada de Salud multidisciplinaria tras coordinación entre la  
Asociación Latinoamericana de Diabetes Delegación de Ecuador y tres  
Asociaciones miembros de IDF (Federación Internacional de Diabetes por sus  
siglas en inglés): Fundación los Fresnos, Federación ecuatoriana de Diabetes y  
Asociación ecuatoriana de Diabetes. Días previos a la asistencia de la brigada  
en coordinación con el club rotario de Portoviejo se transmitió por varios  
medios de comunicación masiva sobre la actividad a realizarse.  
Se parametrizaron las variables de interés en el Sistema de Soporte  
computarizado para el manejo de enfermedades crónicas, para los casos en  
los que no hubiera conectividad se preparó una encuesta en papel con los  
mismos datos que después fue rellenada en el Sistema.  
Las entrevistas fueron realizadas por un equipo de 5 especialistas en el área de  
Medicina y Psicología, que fueron previamente entrenados y con quienes se  
discutió el protocolo de trabajo. Se realizaron pruebas de laboratorio: urea,  
creatinina y hemoglobina glicosilada. Se realizó antropometría y toma de  
presión arterial por un Equipo de Salud entrenado para el efecto. Se calculó el  
riesgo cardiovascular de cada paciente utilizando la tabla propuesta por  
OMS/OPS AMRD (12).  
Con las variables cualitativas se establecieron proporciones y con las variables  
cuantitativas se establecieron medidas de tendencia central y dispersión. Para  
la comparación de variables nominales dicotómicas se utilizaron pruebas no  
paramétricas Chi 2 de homogeneidad al igual que para las variables nominales  
politómicas. Para la comparación de variables cuantitativas se utilizaron  
pruebas paramétricas (t de student para muestras independientes) una vez  
definida su distribución normal (prueba de Kolmogorov Smirnov)  
y
homocedasticidad (test de Levene), en el caso de variables cuantitativas que  
no tuvieron una distribución normal se utilizó su equivalente no paramétrico  
para la comparación de los grupos (U Mann-Whithney). Para los análisis  
estadísticos se utilizó el paquete estadístico Epi Info 7.  
Tabla 1. Identificación y Operacionalización de las variables  
Variable  
Indicador  
Valor final  
Tipo de variable  
Edad  
Años cumplidos  
Caracteres  
sexuales  
secundarios  
Auto identificación  
étnica  
años  
Razón. Discreta  
Masculino  
Femenino  
Sexo  
Nominal  
Raza  
Nominal politómica  
Nominal politómica  
Estado civil  
Condición  
del Soltero  
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estado  
registrada en la CI Viudo  
Divorciado  
civil Casado  
Unión libre  
Instrucción  
Ocupación  
Discapacidad  
Tipo de discapacidad  
Curso  
básico  
en  
autocuidado  
Procedencia  
Zona  
Peso  
Talla  
Peso  
Talla  
Kg.  
metros  
Razón. Discreta  
Razón. Continua  
Peso  
Talla  
Circunferencia  
abdominal  
Índice de Masa Corporal  
Kg/m2  
Razón. Continua  
Razón. Continua  
Circunferencia abdominal  
Clasificación nutricional  
Centímetros  
Presión  
sistólica  
Presión  
diastólica  
Hemoglobina  
Glicosilada  
arterial  
arterial  
Presión arterial sistólica jnc8  
Presión arterial diastólica  
Hemoglobina Glicosilada  
mm. Hg.  
Continua  
mm. Hg.  
Continua  
Unidades NGSP  
Razón. continua  
Glucosa capilar en ayunas  
Urea  
Creatinina  
Tasa de filtración glomerular  
MDRD  
Riesgo cardiovascular  
Diagnóstico  
Nivel de alfabetización en  
autocuidado  
Afectación  
medicamentos  
Afectación  
Insumos  
acceso  
a
acceso  
a
Afectación acceso a servicio  
de salud  
Daño material  
Afectación presentada  
Complicación derivada de la  
enfermedad crónica  
Descripción  
de  
la  
complicación  
Cambio sustancial en el  
tratamiento  
Descripción  
cambio  
sustancial  
Tiene glucómetro  
RESULTADOS  
En la siguiente Tabla 2 se muestra la caracterización clínica, epidemiológica y  
social de las personas con diabetes e hipertensión arterial afectadas por el  
sismo de Ecuador abril 2016. Distribución de la población según sexo y  
características antropométricas y de laboratorio.  
60  
Tabla 2. Caracterización clínica, epidemiológica y social de las personas con diabetes e  
hipertensión arterial afectadas por el sismo de Ecuador abril 2016  
Variable  
X ± DE  
Rango  
Edad  
58,77 ± 12,66  
133,47 ± 19,18  
73,97 ± 12,03  
79,00 ± 12,83  
69,77 ± 16,10  
1,54 ± 0,10  
30-86  
Presión arterial sistólica  
Presión arterial diastólica  
Frecuencia cardiaca  
Peso  
88-192  
50-110  
60-100  
47-145  
Talla  
1,30-1,79  
22,60-44,89  
77-152  
Índice de masa corporal  
Circunferencia abdominal  
Glucosa capilar en ayunas  
Hemoglobina glicosilada  
Urea  
28,90 ± 4,81  
95,89 ± 17,7  
151,68 ± 53,79  
8,74 ± 2,22  
83-272  
5,60-13,80  
25,90-61,90  
0,60-1,30  
52-111  
40,39 ± 8,49  
,88 ± 0,17  
Creatinina  
Tasa de Filtración Glomerular MDRD  
81,17 ± 15,08  
La tabla 2 presenta una caracterización clínica, epidemiológica y social de 96  
personas con diabetes e hipertensión arterial afectadas por el terremoto de  
Ecuador en abril de 2016. A continuación, se interpretan los resultados más  
relevantes de las variables presentadas:  
a) Edad: El promedio de edad de los pacientes es de 58,77 años, lo que  
sugiere que la población afectada por estas condiciones crónicas tiende a  
ser de edad avanzada, un grupo particularmente vulnerable durante  
situaciones de desastre debido  
a
su mayor predisposición  
a
complicaciones de salud. El rango de edades entre 30 y 86 años refleja  
que las afectaciones no se limitan exclusivamente a los mayores, sino  
también a individuos de mediana edad.  
b) Presión arterial: Los valores medios de presión arterial sistólica y  
diastólica son de 133,47 mmHg y 73,97 mmHg, respectivamente, lo cual  
sugiere que la mayoría de los pacientes se encuentran en un rango  
prehipertensivo o hipertensivo. Es preocupante que la presión arterial  
sistólica alcance valores de hasta 192 mmHg, lo cual pone en riesgo a  
estos pacientes de sufrir eventos cardiovasculares como infartos o  
accidentes cerebrovasculares, agravados por el estrés y las condiciones  
post-terremoto.  
c) Frecuencia cardíaca: La frecuencia cardíaca promedio de 79 latidos por  
minuto (lpm) está dentro de los límites normales. Sin embargo, el rango  
61  
de 60 a 100 lpm indica que algunos pacientes podrían haber  
experimentado respuestas fisiológicas de estrés agudo, reflejadas en la  
aceleración de su ritmo cardíaco.  
d) Peso y talla: El promedio de peso fue de 69,77 kg, con una talla promedio  
de 1,54 m, lo que se traduce en un índice de masa corporal (IMC) medio  
de 28,90 kg/m². Este valor indica que la mayoría de los pacientes se  
encuentran en la categoría de sobrepeso, con algunos en rangos de  
obesidad. La obesidad es un factor agravante en la diabetes y la  
hipertensión, lo que puede complicar aún más el manejo de estas  
enfermedades en situaciones de emergencia.  
e) Circunferencia abdominal: Con un promedio de 95,89 cm, los pacientes  
presentan una circunferencia abdominal elevada, lo cual está  
estrechamente relacionado con el riesgo cardiovascular y el síndrome  
metabólico. Esta medida refuerza la necesidad de monitorear los factores  
de riesgo cardiometabólico en poblaciones crónicas afectadas por  
desastres.  
f) Glucosa capilar y hemoglobina glicosilada: La glucosa capilar en  
ayunas promedio fue de 151,68 mg/dL, un valor significativamente  
elevado que sugiere un control inadecuado de la diabetes en la población.  
La hemoglobina glicosilada (HbA1c) media fue de 8,74%, indicando un  
control glucémico deficiente, ya que el valor recomendado para pacientes  
diabéticos es inferior al 7%. Estos resultados reflejan la descompensación  
metabólica que probablemente fue exacerbada por la interrupción en el  
acceso a medicamentos y una dieta inadecuada tras el desastre.  
g) Función renal: La urea y creatinina, con promedios de 40,39 mg/dL y 0,88  
mg/dL respectivamente, están dentro de los límites normales, al igual que  
la tasa de filtración glomerular (TFG) de 81,17 mL/ mín/1,73 m². Sin  
embargo, el TFG cercano a los valores de referencia sugiere una posible  
disfunción renal en algunos pacientes, lo cual es común en personas con  
diabetes e hipertensión de larga data.  
62  
Figura 1. Distribución de la población según el sexo  
La Figura 1, muestra la distribución de la población afectada por el sismo de  
Ecuador en abril de 2016, compuesta por personas con diabetes e hipertensión  
arterial, desglosada por sexo. De un total de 96 personas, el 58,93%  
corresponde a mujeres, mientras que el 41,07% son hombres. Esto sugiere que  
la población femenina fue más afectada en términos numéricos por estas  
enfermedades crónicas en el contexto del desastre.  
Figura 2. Distribución de la población según el estado civil  
La Figura 2 muestra la distribución de la población afectada por el sismo de  
Ecuador en abril de 2016 según su estado civil. Del total de 96 personas con  
diabetes e hipertensión, el 48,8% están casadas, mientras que un 19,5% vive  
en unión libre. Los solteros representan el 14,6%, los viudos el 12,2% y los  
divorciados solo el 4,9%. Estos datos revelan que la mayoría de los afectados  
63  
pertenecen a grupos de personas casadas o en unión libre, posiblemente  
indicando un contexto familiar que influye en su capacidad de manejo y acceso  
a cuidados médicos.  
Figura 3. Distribución de la población según el nivel de instrucción  
La Figura 3 muestra la distribución de la población afectada por el sismo de  
Ecuador en abril de 2016, con diabetes e hipertensión arterial, según el nivel de  
instrucción. El 47,5% de los afectados tiene educación primaria, seguido por un  
27,5% con educación secundaria. Solo el 12,5% ha alcanzado un nivel superior,  
mientras que el 2,5% tiene maestría. Estos resultados reflejan que la mayoría  
de la población afectada posee bajos niveles de educación, lo que puede influir  
en su acceso y comprensión.  
Figura 4. Distribución de la población según su ocupación  
La distribución de la población afectada por el sismo de Ecuador en 2016  
según su ocupación. El 57,5% de los encuestados se dedica a las labores del  
hogar (OQO, DD), lo que representa la mayoría de los afectados. Las demás  
ocupaciones están distribuidas de manera equitativa, con el 5% de  
comerciantes, ingenieros civiles, choferes y agricultores, mientras que el resto  
64  
de las ocupaciones, como albañil, docente y jubilado, representan el 2,5% de  
cada una. Estos resultados sugieren que gran parte de la población afectada  
está compuesta por personas dedicadas al hogar, un grupo particularmente  
vulnerable en términos de acceso a recursos y atención médica en  
emergencias.  
Figura 5. Distribución de la población según presencia de discapacidad  
En la Figura 5 de las 96 personas con diabetes e hipertensión arterial, el  
12,20% presenta algún tipo de discapacidad, mientras que el 87,80% no tiene  
discapacidad. Este dato resalta que una minoría significativa de los afectados  
enfrenta una doble vulnerabilidad: la enfermedad crónica y la discapacidad, lo  
que incrementa los desafíos en su atención y recuperación durante situaciones  
de desastre.  
Figura 6. Distribución de la población según la aprobación de curso básico de autocuidado  
La distribución de la población según la aprobación de un curso básico de  
autocuidado en personas con diabetes e hipertensión arterial afectada por el  
sismo de Ecuador en 2016. El 92,86% de los encuestados aprobó el curso,  
mientras que solo el 7 ,14% no lo hizo. Este alto porcentaje de aprobación  
indica que la mayoría de los pacientes cuentan con conocimientos básicos  
65  
sobre el autocuidado, lo que puede ser un factor positivo para manejar mejor  
sus condiciones de salud en asiento, como se evidencia en la Figura 6.  
Figura 7. Distribución de la población según procedencia  
Portoviejo concentra el 68,3% de los casos, siendo la zona con mayor número  
de afectados. Le siguen Picoazá con el 9,8%, y San Pedro y Calderón con un  
4,9% cada uno. Otras localidades, como Montecristi y Andrés de Vera,  
representan el 2,4% cada una. Estos datos resaltan la necesidad de priorizar la  
atención médica en Portoviejo, dado el alto número de personas con  
condiciones crónicas afectadas, como se muestra en la Figura 7.  
Figura 8. Distribución de la población según la procedencia  
En la Figura 8 el 69,23% de los afectados provienen de áreas urbanas,  
mientras que el 30,77% reside en zonas rurales. Esto indica que la mayoría de  
los afectados pertenece a zonas urbanas, lo que sugiere una mayor  
66  
concentración de personas con estas condiciones crónicas en ciudades,  
posiblemente debido al acceso a servicios médicos previos al desastre.  
Figura 9. Distribución de la población según riesgo cardiovascular  
El 43,8% de los pacientes tiene un riesgo cardiovascular menor al 10%,  
mientras que el 37,5% presenta un riesgo entre 10% y 20%. Solo un 12,5% y  
6,3% de la población se encuentra en los rangos de riesgo más altos (30%-  
40% y más del 40%, respectivamente), como se evidencia en la Figura 9. Esto  
indica que, aunque la mayoría de los pacientes tienen un riesgo cardiovascular  
bajo a moderado, hay un grupo significativo con riesgo elevado, que podría  
haber sido más vulnerable a complicaciones cardiovasculares durante y  
después del sismo.  
Figura 10. Distribución de la población según diagnóstico  
En la Figura 10, el 71,8% de los pacientes tiene diabetes tipo 2, mientras que el  
23,1% presenta tanto diabetes como hipertensión arterial. Solo el 5,1% de los  
encuestados tiene únicamente hipertensión arterial. Estos resultados indican  
67  
que la mayoría de los afectados sufren de diabetes tipo 2, lo que resalta la  
importancia de priorizar el manejo de esta enfermedad en situaciones de  
desastre, dado su predominio en la población afectada.  
Figura 11. Distribución de la población según nivel de alfabetización en autocuidado  
El 97,06% de los encuestados presenta un nivel adecuado de alfabetización en  
autocuidado, mientras que solo el 2,94% no tiene un nivel adecuado. Esto  
sugiere que la mayoría de las personas afectadas poseen conocimientos  
suficientes para manejar su condición de salud, lo cual es crucial para reducir  
complicaciones en situaciones de emergencia, como se evidencia en la Figura  
11.  
Figura 12. Distribución de la población según afectación del acceso a medicamento  
El 90,91% de los encuestados no reportó dificultades en el acceso a  
medicamentos, mientras que el 9,09 % sí experimentó problemas como se  
muestra en la Figura 12. Estos datos son positivos en general, ya que la  
mayoría de los pacientes pudieron continuar con sus tratamientos, aunque el  
pequeño porcentaje afectado subraya la importancia de asegurar un acceso  
continuo a los medicamentos en situaciones de desastre.  
68  
Figura 13. Distribución de la población según afectación del acceso a Insumos  
El 81,82% de los encuestados no tuvo problemas para acceder a estos  
insumos, Mientras que el 18,18% sí experimentó dificultades. Aunque la  
mayoría mantuvo el acceso a insumos esenciales, casi una quinta parte tuvo  
problemas, lo que resalta la necesidad de mejorar la distribución de estos  
insumos durante emergencias (ver en la Figuras 13).  
Figura 14. Distribución de la población según afectación del acceso a servicios de salud  
El 91,67% de los encuestados no reportó dificultades para acceder a servicios  
de salud, mientras que el 8,33% sí se enfrentó a problemas. Estos resultados  
indican que, aunque la mayoría de la población mantuvo el acceso a atención  
médica, una minoría significativa tuvo dificultades, lo que evidencia la  
importancia de fortalecer los servicios de salud en situaciones de desastre (ver  
en la Figura 14).  
69  
Figura 15. Distribución de la población según afectación derivada de un daño material  
El 27,27% de los encuestados reportó haber sufrido algún tipo de daño  
material, mientras que el 72,73% no experimentó tales daños. Esto indica  
que, aunque la mayoría de los pacientes no fueron afectados directamente  
en términos materiales, un porcentaje significativo sí enfrentó pérdidas, lo  
que podría haber agravado sus condiciones de salud debido al estrés y la  
interrupción de sus cuidados (ver en la Figura 15).  
Figura 16. Distribución de la población según afectación del sismo  
Un 33,33% reportó haber sufrido daños materiales pequeños y la misma  
proporción mencionó haber experimentado hiperglucemia después del sismo.  
Un 16,67% de los encuestados informó la pérdida de un frasco de insulina y  
otro 16,67% sufrió daños materiales mayores. Estos resultados indican que  
los desastres no solo afectan significativamente, sino que también agravan  
las condiciones de salud, especialmente en personas (ver en la Figura 16).  
70  
Figura 17. Distribución de la población según posesión de Glucómetro  
El 78% de los encuestados no posee un glucómetro, mientras que solo el  
9,8% indicó que sí tiene uno. Un 12,2% no aplica para esta variable. La falta  
de acceso a glucómetros en la mayoría de la población afectó resalta un  
problema importante para el control adecuado de la diabetes, especialmente  
en situaciones de emergencia, donde el monitoreo es crucial (ver en la Figura  
17).  
Figura 18. Distribución de la población según requerimiento de algún cambio sustancial en  
tratamiento y manejo  
El 69,23% de los encuestados no requirió cambios importantes en su  
tratamiento, mientras que el 30 ,77% sí lo necesitó. Esto sugiere que, aunque  
la mayoría pudo continuar con su manejo habitual, un porcentaje considerable  
debió modificar su tratamiento, probablemente debido a interrupciones en la  
atención médica o al acceso limitado (ver en la Figura 18).  
71  
Esta variable contempla el hecho de tener que realizar algún cambio importante  
en el esquema terapéutico, en el esquema de seguimiento o en alguna técnica  
recomendada, entre los cambios que se requirieron implementar están por  
ejemplo: Suspensión de Sulfonilureas en pacientes con contraindicación  
absoluta (Adulto mayor con tasa de filtración glomerular menor de 60  
ml/min/1.73m2 y refiere episodios compatibles con hipoglucemias), Inicio de  
insulinoterapia ante indicaciones evidentes (inercia médica), modificación de  
técnica de inyección de insulina por muy inadecuada práctica (Figura 19), inicio  
de protección cardiovascular en pacientes de alto riesgo (estatinas, asa, etc.)  
Figura 19. Lesión detectada Inadecuada técnica de inyección de insulina (Acantosis nigricans  
yatrogénica)  
DISCUSIÓN  
El terremoto que azotó Ecuador en abril de 2016 no solo tuvo un impacto  
devastador en la infraestructura y en la pérdida de vidas humanas, sino  
también en la salud de personas con enfermedades crónicas como la diabetes  
e hipertensión arterial. Los resultados obtenidos en este estudio ofrecen una  
visión integral de la afectación sufrida por esta población vulnerable en cuanto  
a su acceso a tratamientos, cambios en hábitos alimenticios y las implicaciones  
psicológicas derivadas del desastre.  
Uno de los principales desafíos que enfrentaron las personas con diabetes e  
hipertensión durante el terremoto fue la interrupción en el acceso a sus  
tratamientos médicos.  
En este estudio, se observó que el 9,09% de los encuestados reportó  
dificultades para acceder a medicamentos esenciales, como la insulina y  
antihipertensivos, un dato que es consistente con lo hallado en estudios  
realizados tras el huracán Katrina, donde se reportó que el 15% de las  
personas con enfermedades crónicas no pudieron acceder a su medicación  
durante los primeros días posteriores al desastre en el suministro de  
medicamentos es un problema recurrente en desastres naturales, lo que lleva a  
un mal control de las enfermedades crónicas ya un aumento de las  
complicaciones (13).  
72  
En un estudio realizado en Japón después del terremoto de 2011, se encontró  
que más del 12% de las personas con enfermedades crónicas, como la  
diabetes, sufrieron una descompensación aguda debido a la falta de  
medicamentos (14). Este hallazgo con lo observado en el presente estudio,  
donde los niveles de glucosa capilar en ayunas y hemoglobina glicosilada se  
encontraron elevados en los pacientes encuestados, lo que refleja un mal  
control metabólico exacerbado por la falta de tratamiento adecuado (15).  
Otra variable crítica en el manejo de la diabetes e hipertensión es la dieta. En  
este estudio, se documentaron cambios forzados en los hábitos alimenticios  
debido a la escasez de alimentos saludables, lo que también influyó  
negativamente en el control de estas enfermedades. Según Morales et al. , la  
dieta es un factor fundamental para el manejo de la diabetes, y durante  
desastres naturales, las personas tienden a consumir alimentos procesados  
o ricos en carbohidratos simples debido a la falta de opciones más  
saludables (16).  
Un estudio realizado terremoto de Haití en 2010 informó que la dieta de las  
personas con diabetes cambió debido a la falta de acceso a alimentos frescos,  
lo que incrementó los episodios de hiperglucemia y complicaciones a largo  
plazo (17). En nuestro estudio, un 33,33% de tes verbalizó haber  
experimentado hiperglucemia después del sismo, lo que probablemente estuvo  
relacionado con una dieta inadecuada. Esto destaca la importancia de incluir en  
los planos de contingencia una estrategia alimentaria que permita a las  
personas con enfermedades crónicas mantener una dieta adecuada durante  
las emergencias (18).  
El impacto del terremoto fue otra dimensión importante en la salud de los  
pacientes. El estrés y la ansiedad generados por el desastre influyen  
directamente en el control de la diabetes e hipertensión (19). El estrés  
postraumático aumenta significativamente los niveles de cortisol, lo que agrava  
el control glucémico y la hipertensión.  
En este estudio, el aumento de la frecuencia cardíaca de los pacientes sugiere  
que algunos de ellos experimentan respuestas fisiológicas agudas al estrés, lo  
que concuerda con lo observado en otras investigaciones donde el estrés post-  
desastre incrementa las complicaciones cardiovasculares (20).  
Estudios realizados tras el terremoto de Chile en 2010 demostraron que los  
pacientes con enfermedades crónicas presentaron un aumento en la incidencia  
de eventos cardiovasculares, como infartos, debido al estrés y la ansiedad  
generadas por el desastre (21). En nuestro estudio, si bien no se documentaron  
complicaciones cardiovasculares graves, se observó que el 37,5% de los  
pacientes tenía un riesgo cardiovascular entre 10-20%, y el 12,5% se  
encontraba en un rango de riesgo elevado, lo que los convierte en una  
población particularmente vulnerable ante el estrés y la falta de tratamiento (22).  
El análisis de los resultados sugiere que los planos de contingencia actuales no  
están lo suficientemente preparados para atender a las personas con  
enfermedades crónicas durante y después de un desastre natural. Es  
fundamental que las estrategias de salud pública incluyan medidas específicas  
73  
para garantizar el acceso continuo a medicamentos, alimentos adecuados y  
apoyo psicológicos (23). Los programas de contingencia deben incluir la  
creación de redes de distribución de medicamentos y dispositivos médicos,  
como glucómetros, en áreas de alto riesgo. En nuestro estudio, el 78% de los  
encuestados no contaba con un glucómetro, lo que constituía una falta de  
preparación para el manejo de la diabetes durante emergencias (24).  
Además, los aviones de contingencia deben contemplar la capacitación de los  
equipos de kits de emergencia que incluyen insulina, antihipertensivos, tiras  
reactivas y dispositivos para la monitorización de la glucosa. También es  
esencial implementar programas de educación en autocuidado que fortalezcan  
las capacidades para manejar sus enfermedades en situaciones adversas. En  
este estudio, el 92,86% de los pacientes había aprobado un curso básico de  
autocuidado, lo que demuestra que este tipo de intervenciones pueden ser  
efectivas para mejorar el manejo de la diabetes e hipertensión (25).  
CONCLUSIONES  
El terremoto de Ecuador en abril de 2016 afectó gravemente el control de las  
enfermedades crónicas, como la diabetes e hipertensión arterial. La  
interrupción en el acceso a medicamentos y la falta de dispositivos de  
monitoreo, como glucómetros, agravaron la descompensación metabólica y  
aumentaron el riesgo de complicaciones. Esto se evidenció en los valores  
elevados de glucosa capilar (151,68 mg/dL) y hemoglobina glicosilada (8,74%),  
lo que indica un control deficiente de la diabetes. Además, el 30,77% de los  
encuestados requirió un cambio en su tratamiento, reflejando la necesidad de  
ajustar las estrategias de manejo en emergencias.  
El estudio reveló que el 71,8% de los pacientes padecían diabetes tipo 2, con  
un riesgo cardiovascular elevado en el 18,8% de los encuestados. Las mujeres  
representaron el 58,93% de los afectados, lo que sugiere que la población  
femenina y los pacientes de mayor edad, con una media de 58,77 años, son  
particularmente vulnerables en situaciones de desastres. Estos hallazgos  
subrayan la importancia de planes de contingencia enfocados en este grupo  
para reducir las complicaciones relacionadas con el estrés, la falta de acceso a  
medicamentos y la dieta inadecuada.  
Es fundamental que los planes de contingencia futuros incluyan estrategias  
específicas para garantizar la continuidad del tratamiento en personas con  
enfermedades crónicas. El acceso a medicamentos y dispositivos médicos  
debe ser prioritario, junto con la provisión de apoyo psicológico para mitigar los  
efectos del estrés postraumático en el control de la diabetes y la hipertensión.  
Además, la capacitación en autocuidado resultó ser un factor positivo, ya que el  
97,06% de los encuestados presentaron un nivel adecuado de alfabetización  
en autocuidado, lo cual es clave para la prevención de complicaciones en  
desastres naturales.  
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